Adoro a las pijas de mi ciudad, su aroma es tan distinto
que uno se esfuerza en averiguar el secreto de sus besos.
Su estilo de vida tan convencional, me produce tanta envidia,
incluso el más cínico puede apreciar la belleza de las cosas simples.
Van rompiendo corazones, en sus coches de tres millones.
Te lo cambio por amor, te lo cambio... el dinero...
Cuantas veces disfruto al verlas bailar esos ritmos latinos,
o las sevillanas con esfuerzo aprendidas para no ser menos.
No es sólo la ropa que pueden comprar, brillan por si mismas
y cuando el buen tiempo las viste de estreno, cortan el aliento.
No conozco quien se resista a su sonrisa de dentista.
Te lo cambio por amor, te lo cambio... el dinero que tu padre te dejó.
Las chicas modernas enseñan las piernas, las chicas de barrio levantan las manos...
que uno se esfuerza en averiguar el secreto de sus besos.
Su estilo de vida tan convencional, me produce tanta envidia,
incluso el más cínico puede apreciar la belleza de las cosas simples.
Van rompiendo corazones, en sus coches de tres millones.
Te lo cambio por amor, te lo cambio... el dinero...
Cuantas veces disfruto al verlas bailar esos ritmos latinos,
o las sevillanas con esfuerzo aprendidas para no ser menos.
No es sólo la ropa que pueden comprar, brillan por si mismas
y cuando el buen tiempo las viste de estreno, cortan el aliento.
No conozco quien se resista a su sonrisa de dentista.
Te lo cambio por amor, te lo cambio... el dinero que tu padre te dejó.
Las chicas modernas enseñan las piernas, las chicas de barrio levantan las manos...
1 comentario
Nagara -
No envidio a las pijas, no enseño piernas, ni levanto los brazos.
Dicen que es raro encontrar una tía como yo. Pero yo aun mantengo la esperanza de que haya más gente como yo. Que les importe los sentimientos, las risas, la amistad, la solidaridad, y no las modas, ni el dinero, ni quién enseña más escote o pierna.
Besos.
:)